Los ingleses al pan le llaman “lady” 

Enric Ribera Gabandé 

Los orígenes del pan podría ser una masa de granos de cereales semi-molidos un poco humedecidos y cocidos al sol en piedras calientes. O quizás el haberse abandonado esta pasta junto a un fuego. Desde la prehistoria, ha sido uno de los alimentos básicos de la Humanidad. El primer pan podría estar elaborado con harina de hayucos o de bellotas. En los yacimientos de los poblados cercanos a los lagos suizos, los arqueólogos han encontrado fragmentos de pan cenzeño, que es lo mismo que decir, pan ácimo. 

De los egipcios, se cree que descubrieron la fermentación por casualidad. De ellos datan las primeras evidencias arqueológicas de la utilización de la levadura en el pan y el empleo de hornos. Llegó a ser para ellos tan importante, que éste se le consideraba como una moneda para pagar los jornales. 

El pan venía a ser un alimento habitual y era corriente que la dieta fuese en gran medida aceitunas y pan para los legionarios romanos. Con la harina se obtenía el “bucellatum”, que se configuraba como un anillo de pan muy similar al baget actual. En Alemania y Suecia, que no formaban parte del imperio, algunos habitantes que habían luchado en el ejército romano adoptaron su consumo, extendiéndose más tarde a sectores de la población. 

El nombre de pan proviene del latín “pannus”, cuyo significado es masa blanca. La gran importancia que tuvo su consumo derivó en el cultivo y comercio posterior del trigo. Debido a la escasez de este cereal, en la Edad Media se empieza a fabricar distintos tipos de pan, y con ello se inicia su comercio. El mejor producto, el blanco, estaba destinado a los ricos; y el resto de la población, comía el negro de cebada, el centeno y el de avena. 

La elaboración durante el Imperio se llevaba a cabo con la mano, en el propio hogar y en hornos públicos. Con la caída de éste, se produjo un desabastecimiento de trigo en prácticamente toda Europa, que ya se había acostumbrado de una forma genérica a su consumo. 

De su gran difusión durante esta época se desprende la palabra inglesa “lady”, que en el inglés antiguo significa la persona que amasa el pan. En Escandinavia, debido a la escasez del cereal, sus ciudadanos tuvieron que acostumbrarse a elaborarlo con el centeno y la cebada, siendo práctica habitual el añadir a la masa corteza de pino molida. 

Con el paso del tiempo, el pan dejó de ser un ingrediente básico de la alimentación, ya que una mayor variedad de productos permitía un mejor equilibrio alimenticio, fortaleciendo, a su vez, la talla y robustez de las personas, justo hasta nuestros días, que éste se ha industrializado en su sistema de elaboración. 

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